A algunos de los osados pilotos locales de las primeras carreras bañezanas de la historia les bastaba con su boina -estilo clásico de la zona- en sustitución del casco. En la línea de salida, máquinas salidas de la vizcaína fábrica Lube y de la asturiana fábrica MV Avello. Los nuevos vehículos gustaban en España y, a parte de darles un uso de medio de transporte, algunos de sus dueños, los más valientes, se atrevían a probar sus artes de pilotaje en carreras contra otros rivales. Así ocurrió en La Bañeza: un grupo de aficionados a las motocicletas decidieron organizar carreras para animar las fiestas patronales del lugar. ¡Y buena la armaron! Todavía sigue habiendo carreras por las calles bien entrado el siglo XXI.