La Bañeza y Salamanca, dos ciudades unidas por la Via de la Plata y por el motociclismo. ¿¡Quien sabe si ya cuando los romanos construyeron una calzada de Asturica a Emerita Augusta lo hicieron pensando en que los aurigas pudieran asistir a carreras de cuádrigas montadas en las urbes!?
El caso es que cuando la edad moderna trajo el «caballo de hierro» y las motocicletas, estaba escrito ya en el destino que los motoristas salmantinos utilizarían la línea de ferrocarril de la Via de la Plata para subir a un vagón sus monturas de dos ruedas y acudir a correr en las carreras del Gran Premio de La Bañeza.
Manuel Iglesias «Cachorro» representa el alma de una Escudería, «la Charra», cuyos pilotos se abrazaron especialmente con el pueblo bañezano y sus «corridas de amotos», como era conocido antaño el Circuito Motorista Bañezano entre muchos de los habitantes comarcanos. Sobre la misma línea de meta de ese circuito alcanzado el siglo XXI, tuvieron el privilegio de conversar con Cachorro nuestras cámaras. Todo un privilegio el de entrevistar a un gran piloto y mecánico, y más importante aún, un gran ser humano. Y además, a pie de pista, con las motos clásicas haciendo retumbar sus motores a modo de banda sonora celestial. La mejor banda sonora celestial para nuestro querido Cachorro, quien hoy la escucha precisamente desde el cielo.
En los años 50, en los 60… -y hasta en los 90 como piloto de la categoría de clásicas-, Cachorro participó en el singular evento motociclista de La Bañeza. Entre ángeles, probablemente motorizados, Cachorro verá esa película documental, que es la historia de ese evento que él tanto estimaba. Y sabrá que estará viendo lo que es un regalo para él, como para tantas almas que han hecho posible la pervivencia, pasión y expresión cultural y motorista del circuito urbano bañezano.