Las calles por las que discurre el flamante circuito nacido el año anterior venían indicadas en folletos informativos, así como los premios que aguardaban a los más rápidos pilotos. Los tipos de obsequios que acompañarían a las deseadas coronas de laureles de los mejores clasificados fueron cambiando año tras año, pero el trazado del circuito se mantuvo estable durante la década de los 50, la de los 60 y la de los 70.