Bultaco llevaba dos ediciones seguidas ganando en La Bañeza. Resultaba difícil batir a las máquinas salidas de la fábrica barcelonesa de Don Paco Bultó en aquellos incios de la década de los 60. Pero en 1963 viajó al circuito urbano bañezano el sensacional piloto valenciano Cesar Gracia; su Montura, una Lube de la fábrica vizcaína de Don Luis Bejarano. Cesar Gracia se impuso contra pronóstico, pues las apuestas corrían a favor de las Bultacos, especialmente la pilotada por el alicantino (albaceteño de nacimiento) Ramiro Blanco, quien ese año estaba arrasando en todos los circuitos urbanos de España. De hecho, Blanco venía de triunfar en las carreras de la región gallega. Cesar Gracia quedó para la historia como el primer piloto valenciano que ganó el Gran Premio de La Bañeza.

Con el éxito alcanzado en el VIII Circuito Motorista Bañezano se promocionaba el distribuidor de Lube en León en la cabecera periodística PROA: su propietario, Ángel Fernández, quien curiosamente había sido el vencedor en La Bañeza justo 10 años antes, había pedido a Luis Bejarano un buen piloto de la marca para participar en La Bañeza, porque era la forma de aumentar la venta de Lubes en la provincia. El motor con el que iba a correr Gracia llegó en tren desde Bilbao. El piloto desde Valencia. Fernández y Gracia lo montaron en el Garaje Italiano. El improvisado Team Lube levantino-leonés dejó la máquina lista para triunfar en el adoquinado bañezano.

Tenemos la fortuna de haber hallado magníficas imágenes de aquella carrera de 1963, en la que se enmarcan detallazos como un jovencísimo Santiago Herrero mostrándole la pizarra, bajo el templete de la reina y damas de las fiestas bañezanas, a su compañero de Lube César Gracia.