Aquella inolvidable carrera de 1968

“¡Atención! ¡Motores parados! Faltan treinta segundos! La orden dada por el Director de Carrera inmoviliza pilotos y motores; el silencio en la línea de salida es absoluto, los nervios en tensión, pendientes del banderazo que marcará la salida…” Así anunciaba el folleto del programa de fiestas de La Bañeza de 1968 el gran evento de su carrera de motos. Era el año en que el circuito urbano bañezano iba a ver correr por sus calles una Derbi de 125 cc pilotada por Ángel Nieto. Este mes de agosto acaban de cumplirse 50 años de aquel memorable acontecimiento. Paradojas de la vida, en La Bañeza se celebraba hace medio siglo la carrera número 12+1 de su historia (11 desde la fundación oficial del Motoclub Bañezano, artífice fundamental de tan sublime espectáculo). Aquel de 1968 fue el año en que un piloto español ganó por primera vez un Gran Premio del Campeonato del Mundo. Salvador Cañellas se impuso en la carrera de 125 cc en el Gran Premio de España disputado en mayo en las calles de Montjuic. El “Circuito Motorista Bañezano” (como era denominado) aconteció aquel año – fiel a la tradición de entonces – en la festividad local de San Roque (16 de agosto) y, curiosidades de la historia, la edición de aquel año se anunció en carteles con un apodo patrocinador: “Circuito Motorista Bañezano Trofeo Fagor”. Pongámonos es escena motociclista de hace cinco décadas. Multitud de pueblos y ciudades de España organizaban carreras de motos en circuitos urbanos dentro del programa de fiestas. Era frecuente, por coincidencias de calendario, que los mismos pilotos que corrían en La Bañeza en aquel periodo hubiesen participado en una carrera urbana en La Coruña previamente. Concretamente en 1968, las mismas figuras nacionales de la época que acuden a batirse al feudo bañezano han competido el día anterior en el coruñés Circuito de Riazor. Allí, en la categoría de 125 cc, se ha impuesto precisamente Salvador Cañellas; en La Bañeza la carrera será otra historia.

“Me acuerdo que llegamos desde La Coruña por la noche, me levanté por la mañana en La Bañeza y cuando vi el circuito donde íbamos a correr me pareció una cosa alucinante”, expresó Nieto en una entrevista realizada para el documental titulado “El Gran Premio de La Bañeza”. Muchas decisiones de compra de motocicletas en la época eran impulsadas por la victoria de la marca en cuestión en la carrera de la zona del comprador. En la comarca bañezana y en su provincia leonesa en la década de los 60 tenían gran prestigio las motocicletas Bultaco, gracias a victorias a los mandos de máquinas de la marca de Paco Bultó por parte de Ramón Torras en el 64 y José Medrano en el 66 (en el 65 y en el 67 no hubo carrera). En La Bañeza se organizaban apuestas cada año. La gente en las aceras jugaba sus papeletas en esas apuestas, que eran un auténtico furor. Ajeno a los ojos del público era no sólo Nieto, sino también su Derbi. Ni Nieto ni su máquina de la familia Rabasa eran favoritos en las apuestas. Muchos de los apasionados espectadores de La Bañeza no sabían que aquel pupilo de las filas de Derbi ya despuntaba en pruebas internacionales. Cuando empezó la carrera, asomaban las cabezas por encima de los bordillos, asombrados con el pilotaje de aquel desconocido.  “Recuerdo La Bañeza que pasabas tocando los zapatos de la gente en algunas curvas”, comenta también en El Gran Premio de La Bañeza el gran campeón Nieto. Luego añade: “era lo que había entonces.”

No habiendo en España circuitos permanentes, los circuitos urbanos eran los escenarios reservados para que las marcas y corredores mostrasen sus prestaciones y cualidades.  Es curioso cómo un rinconcito de la provincia de Léon lograba ser reflejo del desarrollo de la industria motociclista en España. Por alguna razón, la carrera de La Bañeza era especial y ganar en aquel circuito urbano otorgaba una enorme satisfacción a los pilotos que lo conseguían, además de dar un impulso de ventas a los servicios oficiales de las marcas. Así era cada año. Cinco años antes de ese 1968, por ejemplo, el distribuidor de Lube en la provincia de León pidió al creador de la marca, Luis Bejarano, que le mandase un piloto bueno a correr en La Bañeza, argumentando al industrial vasco que “sino no hay manera de vender motos”. Luis Bejarano mandó a César Gracia y a Santi Herrero, nada más y nada menos. El equipo de Lube ganó en 1963 en La Bañeza e interrumpió el dominio de Bultaco, así como Bultaco había interrumpido el dominio de Montesa, que había durado hasta 1960. Seguramente la emoción que sintió en el 63 aquel comercial leonés fiel a la marca Lube fue parecido a la que iba a sentir el distribuidor de Derbi en el 68.

La de 125 cc era básicamente la única cilindrada a batirse en competición en La Bañeza hasta la llegada de la década de los 70 en que el cartel se amplió a la categoría de 250 cc. Fieles al estilo y norma de la competición bañezana de aquella época, la carrera de 1968 se disputó en dos mangas clasificatorias y una manga final. A través de las crónicas de la prensa de la época y de los valiosos testimonios de los protagonistas (además de algunas imágenes en Súper 8 que se han conservado), podemos revivir lo que sucedió en aquella especial carrera. Divididos los gallos nacionales del momento en dos parrillas clasificatorias, en una de ellas se impuso el singular González De Nicolás “el Nani”, mientras que los alicantinos Ramiro Blanco y José Medrano fueron segundo y tercero respectivamente. La otra manga clasificatoria la dominó Ángel Nieto de principio a fin, mientras que el castellonense Enrique Escuder (que estaba destinado a ganar 4 veces seguidas en La Bañeza en 250 cc en la década de los 70) se clasificó en segunda posición y el madrileño Pedro Álvarez en tercera.

Las dos mangas clasificatorias pusieron la miel en los labios del público que abarrotaba las aceras. El circuito era estrecho corto y peligroso, de modo que la organización decidió que la parrilla de la la carrera final fuese de 8 pilotos, los 4 primeros de cada manga. La carrera se prometía emocionante y así fue. Pedro Álvarez sale en cabeza y lidera la competición en los primeros compases. Acababa de firmar un contrato con Bultaco y quiere llevarse el trofeo bañezano a su casa, pero se encontró un rival que también quería ganar a toda costa. Ángel Nieto lo rebasa al cabo de tres vueltas y ya no habrá manera de arrebatarle esa primera posición al que estaba llamado a revolucionar la historia del motociclismo español con sus éxitos internacionales. “Me gustó la historia… entrábamos cruzados, derrapando en una zona de tierra” recordaba Nieto. A pesar de que su Derbi era difícil de manejar en el irregular firme bañezano, basado en adoquines en su mayor parte y que incluso atravesaba una zona de vías de tren, nadie pudo ese día con él. “Recuerdo que el del representante de Derbi se puso a llorar,” contó para el documental “El Gran Premio de La Bañeza”. Aunque había numerosas carreras muchos fines de semana en distintos lugares de la geografía española, fascina ver con qué nitidez el gran campeón español recordaba esa carrera de aquel 16 de agosto de 1968. Al fin y al cabo, había otras pruebas en otros circuitos urbanos que eran valederas para el Campeonato de España, pero la de La Bañeza no era puntuable para campeonato alguno; más adelante, desde 1977 hasta 1985 las bañezanas carreras sí fueron puntuables para campeonatos de una competición oficial que existía entonces (el Trofeo Nacional Senior), pero el resto de los años los pilotos han competido sólo por el disfrute y por el honor. Sin embargo, está claro que “ganar en La Bañeza es algo muy especial”, o al menos así dicen todos los que lo han saboreado..

En 1968 quien ganó fue el entonces futuro 12+1 veces Campeón del Mundo. Además de ver correr y ganar a Ángel Nieto, La Bañeza tuvo otros privilegios ese año, como deleitarse con el pilotaje de otro piloto que desgraciadamente nunca pudo volver a ver. «Pedrito» Álvarez (así era conocido afectuosamente por sus compañeros y amigos) obsequió a La Bañeza con sus dotes de buen piloto, pocos meses antes de perder la vida en un accidente en el circuito urbano de Castellón. Así se ha forjado la historia del motociclismo español, con gran lucha, esfuerzo, sacrificio y tesón. Para que hoy en día haya tantos grandes pilotos y figuras cosechando excelentes resultados en las parrillas del Campeonato del Mundo, hubo muchos que se dejaron la piel y más en el asfalto. En el caso de Ángel Nieto en 1968 ya era Campeón de España con Derbi cuando llegó para correr y vencer en La Bañeza. Justo un año después se impuso en el Gran Premio del Ulster, dando con ello un paso muy firme para acercarse a su primer título mundial. Nunca un piloto español había logrado tal éxito, así que empezó a decirse entonces en la comarca bañezana que “para ser campeón del mundo, antes hay que ganar en La Bañeza”. Los tiempos han cambiado, pero así era aquella época y así fue aquella mágica historia de hace 50 años. Para regocijo de los amantes del motociclismo, la magia sigue y en el circuito urbano de La Bañeza siguen rugiendo las motos cada año cuando llega agosto. Sus calles siguen acogiendo con afecto a todos los pilotos y aficionados que a ellas llegan y mantienen viva la memoria de todos los que a ellas llegaron.